En un valle inhóspito, donde ni había ni crecía nada de nada, vivía solitario Jožko. A menudo se sentía triste. Pero una mañana le esperaba una sorpresa detrás de su cabaña. Un enjambre de abejas que se había perdido y andaba buscando un nuevo hogar. Jožko estaba encantado de tener nuevas vecinas. Descubrió lo hermoso que es cuidar de otros y también lo importante que es comenzar por uno mismo si deseamos de verdad que las cosas mejoren.
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