Cuando Antía cumplió 7 años, su abuelo Manu le regaló una perrita preciosa a la que la niña decidió ponerle el nombre de Pinta. Vivían muy felices juntas, paseaban con el abuelo Manu por el monte, reían y enredaban sin ninguna preocupación, hasta que un día las cosas se complicaron y un incendio arrasó la aldea en la que vivían. En ese momento Antía y Pinta demuestran lo valientes que son y también lo mucho que se quieren. Una historia en la que el abuelo Manu, Antía y Pinta nos enseñan a amar la natureza y a defenderla con todas las fuerzas.
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